Hoy tocará arrollar.
Hoy es día de salir a la calle, mezclarse con la gente y bailar hasta caer rendido.
Bailar al ritmo de la Conga de Los Hoyos que llegará temprano para quedarse hasta muy tarde.
Caminará tocando tumbadoras y timbales. Haciendo sonar flautas y metales. Al ritmo sostenido de las canciones que todos entonarán. Mientras avanzarán por la calle, bailando, riendo y arrollando.
Es fácil sentirse bien en medio de la multitud alegre y desenfadada. La conga es lo nuestro, la conga te hace sentir bien.
Y quedará lejos del pensamiento, por un día, el recuerdo triste de que el suministro del agua fue cortado por tiempo indefinido. Y que, por tiempo indefinido, se acabó el pan. Y que aún no se sabe cuándo llegarán a la bodega del barrio los frijoles y el arroz.
Todo eso ya se verá.
Pero no hoy. Hoy es tiempo de alegría.
De bailar junto a los amigos y los vecinos. Todos inmersos en la multitud bulliciosa que avanzará por las calles, arrollándolo todo a su paso. Invitando a quien quiera unírsele para seguir creciendo.
Hasta formar una larga trenza de color, un río humano pletórico de movimientos y sonidos musicales.
Que se elevarán por encima de todos, sobrevolarán los tejados de las viejas casas de Santiago y se irán dispersando en el aire quieto del mediodía, antes de abandonar la tierra caliente y perderse en el azul del mar.
Barrio de los Hoyos, Santiago de Cuba.
Pepe Navarro