En pleno centro de la media de Rabat hay una librería regentada por un hombre de 71 años que responde al nombre de Mohamed Aziz. Una librería que abrió sus puertas en 1967 después de que Aziz llevará unos años previos vendiendo libros bajo la sombra de un árbol. Una librería que surgió en un país en el que no se lee y que nació como un acto de amor hacia su ciudad y hacia la literatura.
Hoy, muy cerca del Día Internacional del Libro, te contamos la historia que hay detrás de este hombre. Un librero que atrae las miradas de cualquier paseante. Si te cruzas con él y su librería por la Medina de Rabat, atraerá tu atención, seguro.
Mohamed pasa la mayor parte del día en su librería rodeado de libros e historias y leyendo (siempre leyendo). Cuenta que, hasta la fecha, ha podido leer más de 4.000 libros ya que a diario dedica, al menos, 8 horas a la lectura. El resto de su tiempo pasea por los barrios de Rabat en busca de vendedores de libros de los que saca los tesoros literarios que luego pone a la venta en su tienda.
¿Porqué decidió abrir una librería en un país donde no se lee?
Mohamed perdió a sus padres a los 6 años. Al quedarse huérfano tuvo que buscarse la vida para intentar acabar la escuela secundaria pero, no le fue posible. A los 15 años abandonó la escuela debido al elevado coste que suponía para él y para su familia tener acceso a los libros de texto. Ese hecho le generó una terrible frustración que le ha llevado a vivir rodeado de libros.“Así es como me vengo de mi infancia, mi situación, mi pobreza”.Así pues la falta de acceso a libros en su infancia hizo que, una vez pudo decidir a qué dedicarse no se apartara ya más de ellos ni un segundo. Aziz, el librero de Rabat. Y es que él ya lo dice, solo necesita un par de almohadones y libros para ser feliz.