A caballo camino de la escuela, Cuba central.
El paisaje es un extenso cañaveral punteado de palmas reales y salpicado de pequeños bohíos, en los que residen los guajiros con sus familias.
Por los caminos, más o menos próximos a la carretera que cruza la isla por su centro, transita la vida pequeña de todos los días.
Hombres y mujeres que se desplazan hacia los campos. O que, entrada la tarde, ponen rumbo a la población más cercana, que constituye su centro de aprovisionamiento y su lugar habitual de encuentros y reuniones.
Pero, antes, justo después de despuntar el día, es normal cruzarse con escolares montando a caballo.
Los jóvenes estudiantes de la zona, son expertos jinetes y están habituados a recorrer, a diario, la distancia que separa sus casas de la escuela regional.
Montando en solitario o compartiendo montura. Sujetando la bolsa de la merienda. Y con el uniforme, rojo y blanco, resplandeciente bajo el sol.
Pepe Navarro