Los que acuden a la llamada de los más necesitados.
Los que siempre están disponibles.
Los que comprenden y ayudan..
Los que abrazan y fortalecen.
Los que difícilmente desfallecen.
Los que aguantan todo lo que es preciso aguantar.
Los que no piden nada y dan todo lo que pueden dar.
Los que nunca esperan a después y actúan ahora.
Los que se comprometen.
Aquellos en quienes se puede confiar porque se sabe que dirán que sí.
Los que tienen suficiente con quedarse todo el tiempo sirviendo, acompañando y consolando.
Los que se inventan juegos e invitan a todos a jugar con ellos.
Los que sonríen cuando nadie más parece poder hacerlo.
Los que distribuyen medicinas y administran consuelo.
Los que sostienen la cuchara frente a la boca de los más pequeños.
Los que comprenden el dolor de los que más han perdido.
Los inventores del azul del cielo y del amarillo del sol en el reino de las sombras.
Los domadores del tiempo que dan cuerda a los relojes de la esperanza.
Los hacedores de millones de pequeños milagros ofrendados en el altar de todos los días.
Los que responden a todas las preguntas que la necesidad de amor les plantea.
Los negadores del odio insensato y asesino.
Los mejores representantes de la entrega incondicional.
Los grandes amigos de la mejor verdad de la vida.
Pepe Navarro