Siembra, zafra, central, caña… son palabras que forman parte de la cotidianidad del cubano. En Cuba, el azúcar es la base tradicional de la economía.
Cuando le conocí, Justo Amores, trabajaba como maquinista de tren en el central azucarero CarbóServiá de Placeta.
Esto fue lo que me contó:
“Me desempeño como maquinista de caminos desde el año 70… Es muy interesante trabajar con esta vieja máquina de vapor… Sobre todo cuando pasas por los pueblos ves la cara que ponen los niños… Con la candela, el humo y el pito, se altera el personal… Me siento como un maquinista de los tiempos en los que circulaba la vía completa con máquinas de vapor… Estas máquinas en la actualidad tienen sus peligros porque a veces tienen problemas en las calderas… Pero peligros hay en todos lados… Lo que más me gusta en la vida es el trabajo mío de las máquinas… Es mi vida… Yo seguiré siendo maquinista mientras tenga las condiciones físicas y mentales necesarias para eso… Además, gano un buen salario y trabajo el año completo”.