El Hijo - Guinea Bissau
Llegó corriendo, tambaleándose desnudo, entre gallinas, calabazas y chozas picudas.
Iba dando saltos pequeños porque tenía prisa.
Llegó hasta donde estaba su madre, sentada frente ala cocina.
Se trepó en ella, se acomodó tan bien como se lo permitieron el apuro y el hambre.
Buscó su pecho, cerró los ojos y empezó a comer.
La madre apenas se movió y siguió pelando verduras.
Pepe Navarro