Después la vida será otra cosa, querremos cosas diferentes, buscaremos ampliar los márgenes de nuestra fortuna, nos apresurarán a ver las cosas de otro modo, tal vez deberemos movernos de este lugar tan lindo y que sentimos como absolutamente nuestro.
Habremos crecido y, seguramente, sabremos más.
Después. Pero hoy no.
Hoy no nos corresponde lamentarnos por lo que aún no somos. Porque somos mucho.
Somos tú y yo. Somos el sol que cada mañana nos acompaña. Somos el agua verde del río que fluye hacia el encuentro con el agua azul del mar. Somos el pescado brillante y el banano amarillo. Somos el aire que hace bailar las hojas de la palma real. Somos las hijas y hermanas de los nuestros y somos las amigas de todos.
Y somos, principalmente, tú y yo.
Porque lo sabes, ¿no? No lo has olvidado. Lo sabes.
Sabes que tú eres mi mejor amiga, mi gran compañera, el otro pedacito de mi personalidad. La risa que mejor río y el sueño que siempre comparto. La luz clara que siempre quiero que esté conmigo.
Lo sabes, ¿no?
Sí, sí que lo sabes.
Pepe Navarro