Le fotografié en un viaje a Cabo Verde que realicé, como fotógrafo voluntario, para la ong Medicus Mundi Catalunya.
Sucedió en la capital, Praia. Yo acompañaba a Kaká, un muchacho rasta que, eventualmente, trabajaba como guía para los colaboradores de la ong en el país. Y que, un día, al regreso del trabajo, me pidió que le hiciera el favor de tomarle una fotografía a su queridísimo sobrino.
Nos dirigimos a su casa, situada en uno de los barrios más pobres de la capital. Al llegar, Kaká gritó muy fuerte : John Lennon !!
Al punto apareció un niño – con el pelo teñido de rubio por el efecto de la alta concentración de sal en el agua del mar – y respondió : ¿sí, tío?
Viendo mi cara de estupefacción, Kaká sonrió, me golpeó en el hombro y me dijo : él es John Lennon, yo le puse el nombre y así es como se llama. Y añadió: ¿Tú crees que podría haber un nombre mejor para él?
Le respondí que no. Y fotografíe a John Lennon en el patio de su casa.
Pasados quince años, la Embajada de España en Cabo Verde me contactó y me solicitó exponer algunas de las fotografías de aquel viaje mío al archipiélago.
Acepté con gusto. Se hicieron las copias y se instalaron en una sala de la Casa dela Cultura de Praia. Donde la gente pudo verlas durante un mes.
Asistí a la inauguración. Y, después de mi regreso a Barcelona, me llamaron para contarme que John Lennon - ya con casi veinte años a sus espaldas - había visitado la exposición. Y que, habiéndose reconocido en la fotografía que yo le había tomado años atrás, gritó : ése soy yo y eso es mío.
Acto seguido, descolgó la copia de la pared, se la puso debajo del brazo y se marchó con ella a su casa.
Me pareció muy bien.
Pepe Navarro